Cuando la moda dictamina un estilo de vida
La Pasarela
de la moda en Málaga, una vez más, nos ha dejado el mensaje más sabio de la
cultura: que siempre, y debido a diferencias necesarias, hay un sitio de
privilegio para cada uno.
En estos
últimos años, a raíz de las publicaciones de mis libros y de las aportaciones a
Revista Nosotros, los días han pasado en una vorágine de entrevistas, eventos e
historias compartidas que soy incapaz de reproducir.
Lo mejor
que te deja siempre esa actividad son las buenas relaciones que genera el
traqueteo de las inquietudes, relaciones que te enriquecen y te complementan de
una manera tan radical que te incitan a no poder seguir sin ellas.
Un año más,
en septiembre, la céntrica y hermosa calle Larios de la ciudad de Málaga se
vistió de moda con la Pasarela Larios Fashion Event: se cubrió con una alfombra
celeste de 300 metros y contó con la eximia colaboración de ocho diseñadores de
alta costura que desplegaron su talento compartiendo la distinción de su
elegancia; de nueve firmas comerciales, sesenta modelos profesionales y de más
de ciento cincuenta personas, aunadas en uno de los proyectos con más
expectación social en el año y que, al mismo tiempo, genera tanto trabajo y
satisfacciones como enfrentamientos emocionales en la defensa y consolidación
del prestigio de un trabajo hecho con el corazón y los mejores propósitos.
A diferencia de otras ocasiones, esta vez la experiencia me ha
hecho vivir de una manera muy significativa y diferente el evento, y la
expectación creada ante el mismo fue dulce y entrañable, con la magia que
produce el tiempo y el trabajo compartido con los artífices más elogiables de
la moda en Málaga.
Los
diseñadores
Si hay algo
que destacan los diseñadores es la preferencia por la alta costura como la
mejor manera de liberar esa vocación, creando diseños propios, desarrollando un
estilo ligado a su personalidad y a la clienta en particular, otorgándole a
cada creación un sello que los identificará para siempre como una firma personal grabada en tejidos y bordados
de extraordinaria belleza.
Galiano
El desfile
comenzó con la colección de Antonia
Galiano. Para visitarla nos acercamos hasta el municipio malagueño de
Alhaurín el Grande, en donde esta encantadora diseñadora malagueña recibe a sus
clientas con cariñosas atenciones y la calidad indudable de una vocación
estudiada, cuyo esfuerzo le ha valido el reconocimiento del que hoy disfruta y
que la ubica entre los grandes del evento. Su colección ha destacado en
elegancia y en estilismo, resaltando un perfeccionamiento que ha ido madurando
notablemente a lo largo del año.
Ruiz
El alfiler
de oro lo ha merecido, gracias a una extensa y respetable trayectoria, el
polivalente diseñador Miguel Ángel Ruiz.
Unos días
antes del desfile, nos trasladamos hacia su nuevo taller en el centro de la
ciudad. Con Miguel Ángel puedes hablar de tantos temas como tejidos encuentras
en su atelier. Es una persona de una timidez afable que se transmite en
delicadeza y elegancia en el momento de crear sus diseños. Incluso, hemos
podido compartir nuestra afición al rock and roll que, a pesar de parecer incompatible
con la alta costura, en su caso se transforma en una característica de simpatía
y calidad a la hora de ampliar sus capacidades culturales. Su desfile ha
vestido la pasarela con líneas sobrias y femeninas que destacan invariablemente
y visten la extensa alfombra con la sofisticación de un clasicismo que lo
convierte en una pieza irremplazable de este evento anual de la moda malagueña.
Una de
estas tardes que dedico a introducirme en los talleres de los grandes
diseñadores, llegué al taller de Ángel Palazuelos, donde soy recibida siempre
con mucho respeto y una diferencia cariñosa que insisto en agradecer.
Su
colección vistió de pureza calle Larios y su elegancia cumplió ampliamente con
las expectativas que reservaba para su colección, en una exhibición de notable
calidad que le permite destacar como un verdadero artista de la moda.
La
delicadeza de sus trajes, de una costura exquisita, confeccionados en un
impecable organdí blanco con deliciosos bordados azules, influenciados en los diseños de la porcelana China y
en la
flor de lis, una de las figuras más populares y
bellas de la heráldica, se hubo convertido en un punto a destacar debido a la
originalidad y belleza de sus inesperados diseños que despertaron tantos
comentarios como espectadores presentes.
Ángel no
deja de defender un trabajo que represente las personalidades de cada diseñador
y que reafirme sus individualidades para conseguir, entre las diferentes
corrientes del diseño ligadas al estilo particular de cada uno de los artistas,
lo que realmente se busca: un espectáculo de calidades soberbias, entretenido e
inolvidable.
Montesco
Cuando los
trajes de Montesco entran a la pasarela, se imponen, se eriza la piel y no
puedes evitar un gesto de admiración que te acompañará durante todo el desfile.
Su nombre tiene peso, una osada personalidad y unas reminiscencias literarias
que le imprimen un carácter de vehemente elegancia.
No puedes evitarlo y quedas cautivado por completo. Sus creadores, Carlos
Aguirre, Mario Camino, Antonio Delgado y Chelín Orduña, me descubrieron en el
borde del asiento, con la vista atenta al nombre que se leía al final de la
pasarela, con el corazón palpitando, sabiendo que no sólo iban a seducirme,
sino que los sentiría en el cuerpo como a un músculo, a través de la seguridad,
del cariño y de una constante admiración.
Por
todo eso, cuando el último diseño deja su estela de delicada soberbia y la
mirada se relaja de complacencia por lo gratamente disfrutado, no puedes evitar
quedarte siempre con la misma impresión: que el nombre de Montesco persiste en
el aire como un tañido constante de majestuosa distinción.
Segado
Es
fantástico verlo trabajar, escuchar cómo diseña sus ilusiones y verlo crecer
cumpliendo sus propósitos: maravillosos trajes que nos muestran, no sólo
la calidad de su competencia, sino también su capacidad de persistir para hacer
bello lo que desea.
La
pasarela de Segado de este año ha sido una paleta increíble de colores que nos
ha transmitido la creatividad incansable de un diseñador lleno de inquietudes
artísticas, que comienza un nuevo trabajo apenas terminado el anterior y que no
resta ilusiones, sólo sabe sumar trabajo y sueños que combina perfectamente con
el empeño necesario para convertirlos en realidad.
La femineidad y la elegancia han sido, una vez
más, características indiscutibles de una colección que ha sabido reflejar el
espíritu incansable de un artista que ha hecho de la diferencia, un hábito, y
de los bordados, una eximia demostración de elegante talento y minuciosidad.
Urquizar
Rafael
Urquizar sabe cómo desplegar sus colecciones sobre una pasarela. Conserva las ambiciones de su primer día y
siempre está dispuesto a ir donde pueda demostrar que sus cualidades pueden atender
cualquier proyecto en el que se comprometa.
Este
año ha engalanado el color celeste de su alfombra con el tostado, el blanco y
el negro en trajes con caídas majestuosas que se ceñían a la piel, con la delicadeza
de una elegancia que insiste en manifestarse a través de la calidad de un
artista entregado a resaltar la figura femenina, en la preponderancia de los
resultados de sus más exquisitas expresiones artísticas.
Gemma Melé
La moda en
Málaga necesita, sin duda, de la dedicación infaltable de esta diseñadora
catalana. El colorido
de sus colecciones arrasa las pasarelas con una sinfonía muy particular y la
vida comienza a tomar velocidad alrededor de sus volantes y del movimiento de
sus faldas; los escotes se pronuncian en la espalda marcando una femineidad que se convierte en
halago y las piernas se envuelven en godets de notable amplitud y belleza.
Es muy grato compartir momentos junto a esta querida amiga porque tantos años de carrera detrás de los ideales se traslucen en conversaciones llenas de anécdotas y de creaciones que llevan el sello inconfundible de una diseñadora empecinada en vivir y disfrutar de lo que tanto le ha costado conseguir en la vida: un trabajo de merecido reconocimiento y unos hijos maravillosos que se han convertido en sus inmensamente queridos compañeros de proyectos.
Es muy grato compartir momentos junto a esta querida amiga porque tantos años de carrera detrás de los ideales se traslucen en conversaciones llenas de anécdotas y de creaciones que llevan el sello inconfundible de una diseñadora empecinada en vivir y disfrutar de lo que tanto le ha costado conseguir en la vida: un trabajo de merecido reconocimiento y unos hijos maravillosos que se han convertido en sus inmensamente queridos compañeros de proyectos.
El
evento culminó con la colección de los excéntricos caftanes de la diseñadora marroquí
Ikram El Louah, cerrando, sin lugar a dudas, una noche que me ha permitido
consolidarme, más aún, en la polivalencia de una comunidad artística osada y de
calidades que merecen un reconocimiento internacional, tal y como el que le he
dado a estas palabras.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2013/12/21/nosotros/NOS-18.html
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